Para la pasta se pone la harina en una mesa para amasar; se hace un hoyo en el centro, se ponen los huevos con el azúcar y la sal.
300 gramos de harina, 2 piezas huevos, 4 cucharadas de azúcar, 1 pizca de sal
Con las puntas de los dedos, poco a poco se incorporan los huevos.
Se añade la mantequilla y se continúa amasando.
150 gramos de mantequilla
Se añade un poco más de harina para que la mezcla quede consistente; no se trabaje esta masa demasiado, debe quedar harinosa.
Se envuelve la mezcla y se refrigera. Sobre la tabla se extiende con el rodillo.
Con la masa se forran los moldes y se recubren con papel encerado.
Se llenan los recipientes con frijoles crudos para impedir que las tartas se deformen. Se hornea 20 minutos a 200 °C. Se reservan.
Mientras la masa se enfría, prepara la crema pastelera:
Se calienta la leche con la vainilla en una cacerola esmaltada hasta que hierva. Se tapa y se mantiene caliente.
1 cucharadita de vainilla, 2 Tazas de leche
Se bate el azúcar y las yemas usando batidor de globo o batidora eléctrica. Se añade la harina o la maizena poco a poco.
1/3 taza de azúcar granulada, 3 yemas de huevo, 2 cucharadas de harina o maizena
Se añade la leche caliente batiendo constantemente.
Se regresa esta mezcla al fuego, hasta que hierva, moviendo la mezcla continuamente para evitar que se pegue.
Se deja hervir 1 minuto mientras se mueve vigorosamente.
Inmediatamente después se pasa esta mezcla a un refractario y en la superficie se le ponen pedacitos de mantequilla para evitar que se forme una nata.
Se deja una hora en el refrigerador.
Se reparte la crema entre las dos tartas.
Se decora con las frutas.
800 gramos de fruta fresca
Se disuelven en 6 cucharadas de agua caliente 4 cucharadas de mermelada de durazno y con este jarabe, empleando una brocha pastelera, se recubren las frutas de las tartas.