El expreso que podemos hacer en casa actualmente es un descendiente directo de la bebida que se sirve en los bares, aunque no se ha alcanzado todavia el mismo nivel de perfección. La explicación es simple. Por razones comerciales, el equipo domestico debe ser mucho más barato y fácil de usar, y esta es la razón por la que su rendimiento no está al mismo nivel. Actualmente hay dos sistemas para preparar café expreso en casa: cápsula y maquinas automáticas.
Cápsulas
A finales del siglo pasado, la elaboración casera de expreso se simplificó con la invención de las cápsulas de café: una sola dosis de café molido y polvo de café envasada en un filtro de papel. Fue un gran invento, porque hizo que el expreso en casa fuera rápido y sencillo, y no muy diferente del que se servía en los bares.
Esta idea también allanó el camino a la difusión de nuevos tipos de café de un solo origen que podían probarse solos, lo que les daba a los amantes del café la oportunidad de degustar sabores y aumentar su conocimiento del café de países lejanos. El siguiente paso fue la invención de las capsulas de café expreso: de 5 a 7 gr de café en polvo envasado en pequeñas cajas de plástico o metal de diferentes formas y tamaños de deben insertarse en una máquina que puede suministrar agua a presión durante unos 15 segundos.
Hoy en día, las capsulas representan una buena parte del mercado del café en todo el mundo, y están empezando a extenderse incluso a los bares donde, debido al volumen de negocios o a otros factores, una máquina de expreso profesionales no sería una opción adecuada.
Máquinas automáticas de expreso
El café expreso se ha extendido por todo el mundo con millones de máquinas de expreso, pero no todos los cafés expreso son como el expreso italiano.
Para hacer un expreso italiano, se usan 7 gr de café en polvo, para una taza de 25ml. Pero en otros países, una taza de expreso se hace con 10 gr de café en polvo o más, y en algunas culturas una taza ideal de expreso puede ser incluso de 50 ml.
Pero hay más. Técnicamente, incluso el café hecho por máquinas expendedoras (como las instaladas en centros de trabajo y en muchos lugares públicos) es un expreso.
En muchos casos, una lógica comercial distorsionada ha provocado una pérdida drástica de calidad en la elaboración del café expreso, que entonces deja de ser una gran experiencia.
Esto se debe en esencia a la mala calidad del café que se usa en estas máquinas expendedoras y a su limpieza y mantenimiento incorrecto.
Hoy en día estas máquinas están equipadas con una excelente tecnología de extracción que puede proporcionar en muy buen café.