Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012, se diagnosticaron más de 6.4 millones de personas con diabetes.
Este padecimiento es la segunda causa más importante de mortalidad en México, sólo después de las enfermedades cardiovasculares, y aproximadamente el 15% de la población lo padece.
La mayor parte de los estudios sugieren una relación dosis-respuesta con reducciones en el riesgo de desarrollar una diabetes más importante por un consumo más elevado de café.
De manera general, el consumo de al menos cuatro tazas diarias está asociado a una baja sustancial del riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2 (aproximadamente 30 a 40% comparada a los no consumidores).
En las personas que consumen el café de forma reducida, se observa una disminución del riesgo de 7% por cada taza consumida.
Esta asociación se nota con el café normal y el descafeinado, filtrado o negro, azucarado o no, pero no con la cafeína sola.
Los antioxidantes como los ácidos clorogénicos y quínicos son candidatos potenciales para este efecto preventivo, ya que tienen la capacidad de regular el metabolismo de los glúcidos.
Se necesitan estudios complementarios para identificar los constituyentes y los mecanismos responsables del efecto preventivo del café sobre la diabetes.
