Estas son las características que una mezcla debe tener para hacer una gran taza de café:
Perfección: ausencia de defectos visuales (incluida la espuma), sin olores o sabores desagradables, y equilibrio perfecto en la boca, sin rastros de astringencia. La ausencia de defectos se combina con las siguientes cualidades: color avellana con matices pardos en la espuma, sedosidad en el paladar, equilibrio perfecto entre acidez y amargor, fragancia fina y clara.
Profundidad: una cualidad que se relaciona principalmente con el aroma y se traduce en un gran número de características positivas de la mezcla. Cuando el bouquet abre con toques de flores y fruta fresca, seguidos de fruta seca, para desarrollarse en complejos tostados y terminar con una armonía de especias, significa que la mezcla tiene profundidad.
Potencia: esta característica se refiere al cuerpo de la mezcla y a su robustez aromática, principalmente en forma de intensidad y persistencia del aroma. La potencia puede adquirir un valor negativo cuando hay una falta de perfección; en resumen, una mezcla de café puede ser muy potente, aun cuando se caracterice por un fuerte olor desagradable, astringencia y leñosidad.