Espumado de la leche
Llene la mitad de una jarra de leche del tamaño adecuado con leche del refrigerador, a una temperatura de entre 3 y 5°C.
Encienda el vapor para eliminar cualquier condensación en la varilla, y en este punto comience a espumar la leche. Se puede usar diversas técnicas, dependiendo de varios factores: volumen de vapor, nivel de inmersión de la varilla en la leche, ángulo de inmersión con respecto a la posición vertical de la jarra de leche y movimientos de esta ultima. Algunos baristas recomiendan sumergir la varilla a la mitad del nivel de leche, dar el máximo de vapor y luego llevar de inmediato la boquilla casi hasta la superficie de la leche, y finalmente sumergirla de nuevo y así termina la operación. Otros prefieren mantener la boquilla cerca de la superficie de la leche desde el principio, y recomiendan que no se coloque en el centro sino cerca del borde, en un ángulo adecuado que produzca un movimiento constante de remolino en la leche. Para finalizar, se realiza una breve inmersión de la boquilla hasta casi la parte inferior de la jarra de leche.
El hecho es que cada técnica puede considerarse válida si da resultado una “crema” uniforme, sin burbujas. En esta fase, el sentido del oído puede ser útil: los sonidos de siseo y gorgoteo pueden ser importantes para comprender como la operación y en qué punto se encuentra.
Agregar La Leche Al Café
Si la leche se espuma correctamente, no se separará fácilmente; por tanto, no hay necesidad de usarla demasiado rápido. De hecho, una breve pausa es buena para la leche espumosa: se vuelve más suave y las burbujas de espuma que se forman en la superficie revientan, por lo que no es necesario golpear la jarra de leche en el mostrador, algo que los baristas profesionales consideran deplorable.
Por tanto, hay tiempo suficiente para tomar la taza en una mano y la jarra de leche en la otra. Para un capuchino clásico, la jarra debe acercarse mucho a la taza y la leche espumosa debe deslizarse hacia abajo para que el café forme el borde marrón típico. Para un capuchino decorado, la leche espumada se vierte en el centro, primero con la boquilla cerca del café, y luego se retira hábilmente con la muñeca de la mano que sostiene la jarra, para crear el diseño requerido.
Es importante preguntar si el cliente quiere cocoa antes de agregar leche, y si es así, es polvorear sobre el café. Lo mismo debe aplicarse al azúcar: algunos baristas endulzan el café para permitir que el cliente beba el capuchino como se sirve, sin que la apariencia general se arruine por la agitación.
Como Servir El Café
Un barista hábil sirve un capuchino sin derramar nada de crema. Lo peor para un cliente sería tener parte del capuchino en el plato. porque sería difícil tomarse la bebida sin ensuciarse. El tiempo es de gran importancia cuando se sirve un capuchino: se debe consumir en los 30 segundo posteriores a su preparación, dicen los puristas. Sin embargo, cualquier pausa puede poner en peligro el resultado, incluida la temperatura, que es muy importante para la primera impresión olfativa, y también para la siguiente percepción del calor. Si un capuchino frio no es sabroso, un capuchino hirviendo tampoco permite el disfrute, porque hace que el consumidor tome pequeños sorbos, lo que reduce la sensación agradable de la experiencia en general.