Un consumo moderado de café favorece numerosas funciones cognitivas, siendo que un consumo más importante tendrá al contrario efectos negativos sobre el funcionamiento intelectual.
Estos efectos dependen del sexo, la edad o del momento del día en el que se bebe el café.
Un consumo limitado de café aumenta la capacidad de discriminación sensorial y perceptiva.
La atención se incrementa a partir del consumo de 100 miligramos de cafeína (una taza de café).
Este efecto es particularmente marcado en las personas que se han privado de dormir.
Sin embargo, con más de 600 miligramos de cafeína las capacidades de discriminación sensorial disminuyen.
Hasta cuatro tazas de café por día reducen el tiempo de reacción a una consigna.
Más allá, la velocidad de tratamiento de la información ya no aumenta.
Los efectos del café son más marcados en condiciones no óptimas como en la mañana, la noche o en un contexto de fatiga durante actividades de larga duración y también para los consumidores ocasionales.
Los efectos dependen de la dosis y de los hábitos de consumo.
El café actuaría sobre las competencias cognitivas compensando la baja del nivel de vigilancia y aumentando la velocidad de reacción sobre los componentes perceptivos y motores.
El café no mejora directamente la capacidad de aprendizaje ni el de memorización, sin embargo, sus efectos son indirectos y están ligados a un aumento de la concentración.
Beneficios Bajo riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 Bajo riesgo de quitarse la vida TAZAS AL DÍA Baja elriesgo de padecer de cálculos biliares sufrir infartos y de padecer de diabetes tipo 2 de padecer la enfermedad de Alzheimer de padecer cáncer de próstata Perjuicios Dolores de cabeza, fatiga y dificultad para concentrarse Ansiedad.
nervios y malestar estomacal Aumenta el riesgo de aborto en mujeres embarazadas Aumenta la probabilidad de desarrollar insomnio Aumenta el riesgo de padecer migrañas Si se es fumador, aumenta en 21% el riesgo de muerte temprana
Ansiedad, humor y dolores de cabeza
Un consumo reducido de café tiene un efecto benéfico sobre la ansiedad y el humor.
Existe una mejora del bienestar, de la alegría, de la capacidad de sentir placer, así como la disminución del sentimiento de incertidumbre.
Pero si se pasa de 600 miligramos, el café aumenta la nerviosidad, la ansiedad y la irritabilidad.
La respuesta varía significativamente de una persona a otra.
Los factores genéticos estarían implicados.
Un consumo moderado de café alivia ciertos dolores de cabeza, la migraña, los dolores dentales y abdominales, todo esto gracias a los efectos antológicos e indirectos que potencializan, por ejemplo, la acción de la aspirina.